27.9.11

Secuelas.

¿Sabes lo que echo de menos hoy? Pensarás que estoy loca, pero lo cierto es que estas alturas pensar lo contrario sería imbécil por tu parte. Y nunca has sido imbécil. Yo sí, pero eso ya lo sabes.

Venga. Te lo cuento.

Echo de menos nuestras duchas juntas. ¿Qué bobería, verdad? Si muchas veces ni si quiera nos apetecía ducharnos juntas; y otras muchas ni nos aclarábamos el pelo porque terminábamos saliendo antes, empapadas, y haciendo el amor.

Pero no, lo que echo de menos son las otras veces. Cuando simplemente entrábamos en la ducha, nos enjabonábamos, entre risas (¿por qué nos reíamos tanto y tanto en la ducha?) y luego nos secábamos mutuamente con los ojos brillantes de amor. Sí, los momentos en la ducha eran AMOR: Con mayúsculas.

Tus protestas por el agua fría.

Las caricias descaradas.

Los peinados locos improvisados.

Las risas.

Tu piel empapada.

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