11.10.11

Demencia.


Imagina destruirlo todo.
Destruir tu mundo, tu vida.
Deshacerte de todos tus conocidos, tus amigos, tu amor. De todo. Encerrarlos en un lugar inalcanzable. O encerrarte tú. Qué más da.
Romperlo todo. Las ventanas, las puertas. El suelo si quieres. Quemar todo lo inflamable y hacer trizas lo demás. Bombardear tu armario. Lanzar los electrodomésticos azotea abajo. Convertir tu ropa en trocitos de tela.
Gritar. Hasta que no tengas voz. Y luego seguir gritando. En silencio, nadie te oirá en ningún caso.
Destruirte a ti misma. Arañar toda tu piel, vomitar a propósito hasta quemar tus cuerdas vocales, tragar chinchetas. Fumar toda la marihuana del mundo, lamer cristal, vaciar el cajón de las pastillas en tu garganta.
Eliminar la música. Desafinar en cada silbido. Hacer falsete en guturales.
Eliminar tus rasgos. Romperte la nariz contra las paredes, morderte los labios hasta que sangres, echarte lejía en los ojos hasta que destiñan.
Imagínalo.
Y luego empezar de cero.
En soledad.
En soledad...
Imagínalo y despierta. Reacciona.
Abre tu boca.
De una puta vez.
Ataraxia.

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