7.8.12

Carta de suicidio de Virginia Woolf. Las Horas.

Amor mío:

Tengo la certeza de estar enloqueciendo otra vez. No podremos soportar otra de estas terribles crisis y sé que, esta vez, no me recuperaré. Empiezo a oír voces y no puedo concentrarme, por lo tanto voy a hacer lo mejor que puedo hacer.
Tú me has dado la mayor felicidad posible. Has sido todo lo que alguien puede ser para otro. Sé que estoy destrozando tu vida y que sin mi podrías trabajar... Y lo harás. Lo sé. Ni si quiera me espreso debidamente...
Lo que quiero decirte es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has tenido una paciencia infinita y has sido increíblemente bueno. En mí ya no queda nada salvo la certeza de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida.
No creo que dos personas hayan sido más felices de lo que hemos sido nosotros.
Querido Leonard, mirar la vida a la cara. Siempre hay que mirarla a la cara y conocerla por lo que es. Así podrás conocerla, quererla por lo que es y luego guardarla dentro.
Leonard, guardaré los años que compartimos. Guardaré esos años. Siempre. Y el amor.Siempre. Y las horas.

Virginia. 






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