14.12.12

Y la juventud dorada era de nieve.


Nos hemos hecho daño 
y el tiempo ya no pasa indiferente. 
Por qué es tan alto el precio del olvido 
no sabemos, y herimos 
con una relajada displicencia 
aun teniendo muy claro que algún día 
alguien recordará el dolor que le causamos, 
porque el dolor persiste en la memoria 
con una obstinación insobornable, 
y es fiel, y es rencoroso, y el perdón no le afecta. 

Nos hemos hecho daño. 
Y la juventud dorada era de nieve.



Felipe Benitez Reyes







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